Las impresoras de inyección de tinta no han dejado ni dejarán de ser uno de los equipos indispensables en nuestras oficinas, negocios y hogares. Si bien es cierto que las impresoras láser han logrado desplazar a las impresoras de inyección en espacios donde se requieren grandes volúmenes de impresión en papel, las impresoras de inyección han mostrado una inmejorable capacidad de adaptación.
Es así como en la actualidad las impresoras de inyección de tinta no solo se ocupan de imprimir en papel. Afortunados avances en esta tecnología nos han traído las tintas de sublimación que nos permiten llevar nuestras creaciones a sitios tan pequeños como una taza hasta impresiones de gran formato con metros de longitud como los son lonas y telas. Inclusive ya contamos con tintas comestibles que nos permiten decorar toda clase de pasteles, postres y muchas cosas más que antes eran impensables.
De la mano de estas tecnologías también llegaron nuevos retos y uno de ellos es el, de por sí frecuente, destape de los cabezales de nuestra impresora inkjet. De hecho, después de la recarga de los cartuchos o los tanques de tinta es el procedimiento más frecuente a realizar en toda impresora de inyección.
El taponamiento de los cabezales así como sus inyectores se debe a múltiples causas, una de las más comunes, y por mucho tiempo, fue el característico sello que se forma en los inyectores por el secado de la tinta en los mismos, asunto que se resolvía rápidamente instilando un pco de líquido destapacabezales en los mismos.
Sin embargo en la actualidad las causas de los taponamientos suelen ser bastante más complejas que eso y se debe a que, por un lado los usuarios no están ocupando las tintas que originalmente se diseñaron para las impresoras, y por el otro la reciente implementación se sistemas de tinta continua, de fábrica o genéricos, en las impresoras.
Es así que tenemos tintas muy variadas en su composición, viscosidad, sustrato y aplicación que en muchas ocasiones terminan mezclándose entre si dentro de los inyectores de las impresoras. Una mezcla fatal muy común es cuando rellenamos nuestro sistema de tinta, usualmente base agua, con alguna tinta de aplicación especial base solvente, el resultado es un desastre donde elementos tan distintos como el agua y el aceite no pueden combinarse, formando en el menor de los casos una mezcla grumosa imposible de hacer fluir dentro del cabezal, que puede llegar a obstruir varias partes de los cartuchos o dampers e inclusive las mangueras de suministro de tinta.
Especialmente en los sistemas de tinta continua encontraremos a lo largo de los conductos secciones con aire o burbujas que muchas de las ocasiones suelen ser confundidos con una obstrucción, y cuya solución aún no se ha inventado. Si a eso agregamos la constant